Una de las cuestiones por las que plantea tantos problemas el llevarlo es el simbolismo que el hiyab conlleva. Según palabras textuales del Corán, una mujer no puede enseñar más que lo indispensable a otros hombres que no sean su marido, por tanto estaríamos ante una situación de sumisión. Esto en nuestra sociedad democrática y moderna no se puede consentir, puesto que a diario las mujeres luchamos para obtener una igualdad de sexos sin ningún tipo de discriminación.

Es cierto que al igual que somos una sociedad humanitaria no se aceptan racismos ni discriminaciones por raza o religión, pero también es verdad que cuando una mujer española quiere ir a su país tiene que ponerse el velo prácticamente antes de pisar tierra firme puesto que es una deshonra para ellos. Entonces si ellos no respetan nuestras costumbres ¿deberíamos nosotros respetar las suyas?
Es un dilema difícil y está en los jóvenes decidir si aceptarlo o no, debemos defender nuestros derechos y luchar por una igualdad digna o tenemos que creer en la integridad y aceptar ese tipo de creencias arcaicas.
Bárbara Rísquez Porro.
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