miércoles, 7 de abril de 2010


Google y China: cuando los ideales sucumben a la maquinaria del Estado.

La reacción de China ante el anuncio de Google de dejar de censurar su web en el país asiático no se ha hecho esperar. Pekín ha reaccionado de forma contundente, pero también cauta.

La Oficina de Información del Consejo de Estado acusa a la empresa estadounidense de incumplir las condiciones bajo las que entró en el mercado chino en 2006, mientras el Ministerio de Exteriores quiso desligar la decisión de la firma californiana de sus relaciones con Estados Unidos, que no atraviesan precisamente su mejor momento, por diferencias sobre asuntos como el valor del yuan (la moneda china) o la venta de armas estadounidenses a Taiwan.





Google dice que pretende continuar su actividad de investigación y desarrollo en el país asiático, y mantener a su personal comercial. Pero, a partir de ahora, será seguramente objeto de un intenso escrutinio por parte de las autoridades, a quienes les va a costar digerir que les haya plantado cara, haya sorteado las reglas de la censura y haya podido renunciar al jugoso mercado chino. La pregunta que se hacen muchos ahora es si Pekín seguirá permitiendo el acceso al buscador en Hong Kong o lo bloqueará directamente, lo que podría provocar el enojo de muchos ciudadanos.

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